jueves, 7 de mayo de 2015

133. PROVOCACIONES A UNA COMUNIDAD, LA MUSULMANA

"El respeto mutuo implica la discreción y la reserva hasta en la ternura, y el cuidado de salvaguardar la mayor parte posible de libertad de aquellos con quienes se convive." Henry F. Amiel (1821-1881), escritor suizo.
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Me pregunto si serán necesarias, una vez más, este tipo de provocaciones. Porque, no nos engañemos, no son más que eso: auténticas y arriesgadas provocaciones. Me estoy refiriendo a la muestra y exhibición de caricaturas del profeta Mahoma en la ciudad de Garland, en el estado de Texas, en EEUU, donde, hace unos días, se han producido varios muertos durante el transcurso de un tiroteo. Como antes de los atentados contra el semanario satírico Charlie Hebdo, en Francia, de nuevo, se ha faltado al respeto a millones de personas que practican una determinada religión y, cuyo profeta, han visto ridiculizado. Desconozco lo que se persigue con ello, si es que algo se persigue, con qué intenciones u objetivos se hace esto. No le veo, ni la utilidad, ni la gracia. Ni una pizca de gracia. No debemos confundir la libertad de expresión con la falta de respeto y el menosprecio a los demás, a sus creencias. Todo tiene un límite. Reírse esta bien; es una actitud saludable y humana, muy humana. Pero, siempre y por encima de todo, respetando a los otros y a sus ideales. Si no se hace así, como ha sido en estas y otras ocasiones - y, ya van demasiadas -, añadido al hecho de que algunos de los que dicen ser practicantes de esa religión son unos auténticos fanáticos capaces de morir matando, simplemente como venganza, nos enfrentamos, con toda seguridad, ante un grave problema. Por eso, me cuesta entender esa insistencia, esa obstinación en burlarse a toda costa de un profeta y, por lo tanto, de sus seguidores. A pesar de conocer el peligro que ello conlleva. Como si no existieran temas en el mundo de los que reírse. A mi modo de ver, se trata de provocar por provocar. Buscar el enfrentamiento, la enemistad con toda la comunidad musulmana y la guerra con los más radicales, con los extremistas.

Todo tipo de desafío u hostigamiento, tanto a nivel personal como colectivo, puede volverse en contra de quien lo pone en práctica, consiguiendo, con ello, unos efectos muy diferentes a los que, en un principio, se perseguían. Tal como yo lo veo, se trata, simplemente, de echar un pulso, de adoptar una actitud de cabezonería. Pero, en casos así, poniendo en riesgo la vida de las personas, el resultado final puede terminar de manera dramática.

Personalmente opino que se debe tener presente en todo momento el viejo dicho: "no hagas a otro lo que no quieras que te hagan". Se sabe que los fanáticos - no todos los musulmanes - utilizan la ofensa recibida como la excusa perfecta para vengarse, para matar y destruir, si es necesario, pereciendo ellos mismos en su acto devastador. Pero, aún sabiéndolo, se les continúa provocando con actos y exhibiciones baratas e inadecuadas.

Por supuesto, lo que estos desalmados hacen, los terroristas - no todos los musulmanes, insisto - no es en absoluto justificable. Su respuesta a estas provocaciones merece el más absoluto de los rechazos por parte de todas las personas de bien. Pero no busquemos el enfrentamiento, utilizando como único argumento la libertad de expresión, una libertad de expresión mal entendida.

Imaginémonos lo mismo con unas caricaturas ridiculizando a Jesucristo. Los cristianos nos sentiríamos ofendidos. Se estaría faltando al respeto, igualmente, a millones de personas, aunque la respuesta, en este caso, no sería la misma, puesto que no hay entre sus miembros - por suerte - este tipo de fanatismo extremista. Independientemente de que uno sea o no creyente, el respeto a los demás y a sus creencias, es un valor siempre necesario en toda persona. Es algo válido y de sentido común para cualquier ideal: religioso, político, etc.
Fundamental para mantener una convivencia en paz. Se trata de vivir y de dejar vivir a los otros.

Es mi opinión. Se puede estar de acuerdo o en desacuerdo. Tanto, en un sentido como en otro, agradezco cualquier comentario, lo cual seguramente será enriquecedor para mí. Muchas gracias por leerme y un fuerte abrazo. Hasta la próxima entrada, espero que de interés para todos.

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Paco Fernández