lunes, 8 de septiembre de 2014

112. AQUI, ...“BLOGEANDO” DE NUEVO

“Detesto lo que escribes, pero daría mi vida para que pudieras seguir escribiéndolo”. - Voltaire (1694-1778),  filósofo y escritor francés.
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Con el presente post, reinicio de nuevo una saludable tarea como es la de publicar en mi blog, “La Atalaya, Un Rincón Para Soñar”. Me lo he propuesto, como si de un reto importante  se tratara. Al menos, eso es lo que pretendo que sea para mí: una especie de desafío, de algo que tengo y que debo hacer, con la obligación de no dejarlo, de no abandonarlo. Consciente de que esta labor  llega con un cierto retraso y tras una larga lista de intentos, todos ellos fallidos, esta vez sí, esta vez quiero llevarla a cabo y, de verdad, pretendo tomarla como una pequeña pero, a la vez, importante exigencia, a título personal, como un trabajo al cual uno se debe entregar y que tiene la obligación de dedicarle un tiempo. Las publicaciones que subiré, no necesariamente tendrán una periodicidad diaria pero, al menos, sí semanal. Mi propósito, por lo tanto, es comenzar y ser más o menos constante, sin un abandono total prolongado en el tiempo.
Puede que en alguna otra ocasión haya comentado uno o varios aspectos de los que a continuación voy a tratar.  En la presentación del propio blog, hablo un poco de ellos. No obstante, quisiera apuntarlos de nuevo aquí:

- El hecho de disponer de un blog, y la razón por la cual publico en este, se debe a diversos motivos pero, fundamentalmente, a que, de este modo, mantengo la mente activa, ocupada. Para no perder esa saludable costumbre que es pensar, reflexionar, meditar sobre determinados temas que pueden despertar mi interés y, quién sabe, ojalá, el de otras personas con inquietudes afines a las mías. Con objeto de cuidarnos, además de trabajar con nuestro cuerpo en forma de ejercicios físicos, debemos igualmente ocuparnos de la parte intelectual. Es decir, debemos ejercitar nuestra mente. Existen una gran cantidad de estudios, sobradamente probados, que así lo aconsejan teniendo como finalidad el disfrute de una calidad de vida adecuada, especialmente a ciertas edades, sobre todo avanzadas. Yo, desde luego, me considero un firme aspirante a llegar a ellas. Ahí es donde me quiero ver el día de mañana.

- Mi intención es gozar del maravilloso hábito de escribir y estar siempre dispuesto a aprender, a mejorar en el modo de hacerlo. Para ello, para escribir, no solo, única y exclusivamente, se debe caligrafiar una sucesión de palabras, una tras otra, como cuando hablamos. Uno no escribe lo mismo que lo que vocaliza. La comunicación oral es más espontánea, improvisada; sin embargo, la escrita, todo lo contrario, mucho más reflexiva y pausada. Tenemos que acostumbrarnos a redactar utilizando las palabras adecuadas y hacerlo en el orden más apropiado para una mejor comprensión. Es importante saber expresarse, no solo oralmente.

- Mientras me encuentro ocupado mediante la tarea de mantener mi blog al día, actualizado (buscando posibles temas de los que tratar, ideando la mejor forma de expresarme, averiguando palabras sinónimas,…), mientras lo hago, decía, no ejercito esa dañina labor que consiste en planificar y hablar de las vidas ajenas, de las de los demás, que ya tienen su propia vida, diferente de la mía. No pienso ni comento los defectos del amigo, del conocido, del compañero de trabajo, del pariente (más o menos cercano), de la aventurilla del vecino del quinto con una jovencita (¡...el muy cabroncete!), de la cual he tenido conocimiento por casualidad o sin ella,… No, …realmente, no pienso en esos temas, en esos “chismes de cocina”. Mi tiempo, más o menos “desocupado”, me lo absorben por completo mis dichosos escritos y su publicación en la bitácora.

- A través de estas publicaciones expreso mi opinión, comunico mi punto de vista, seguro que coincidente, al menos, en algunos aspectos, con otras personas. Tengo algo que decir. Todos nosotros tenemos algo que decir sobre un determinado asunto. Lo que pasa es que, la mayor parte de las veces, no se nos ocurre nada. Está ahí dentro, aletargado, en nuestro interior. Debemos acostumbrarnos a descubrir qué es, de qué se trata y proceder a exteriorizarlo, a expresarlo. De este modo, es muy probable que  abramos la puerta a un debate, debido a que no todas las opiniones (las de todos nosotros) tienen por qué ser coincidentes pero, eso sí, son igualmente respetables, las de cada uno. Es posible que opinemos de manera muy distinta sobre un tema, opinión que podremos defender con gran firmeza aportando argumentos; estamos en nuestro derecho, ¡faltaría más!. Nadie está en posesión de la verdad absoluta.

- Es probable que, en ocasiones, escriba sobre un asunto del que ya lo había hecho con anterioridad. A día de hoy tengo publicadas 111 entradas. Luego, a la hora de planificar una nueva, puede que, en algún momento, no me dé cuenta de que ese tema ya lo había tratado. Especialmente, si no era el asunto principal de la entrada en cuestión. Pido disculpas por si se diera este supuesto. De todos modos, debemos tener en presente de que nuestra opinión sobre un asunto, mi opinión, es variable. Porque ha transcurrido un espacio de tiempo, porque las circunstancias que ahora se dan son diferentes, porque disponemos de nuevas experiencias y/o conocimientos,… Los argumentos que seamos capaces de aportar ahora pueden ser muy distintos a los esgrimidos en un tiempo pasado.


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Paco Fernández