“Es importante
enseñar a estudiar por cuenta propia, a buscar por cuenta propia, a asombrarse”. – Mario Bunge, (1.919-
), físico, filósofo y humanista argentino
_____________________________________________________________________________________________________________
Según
la R.A.E., asombrar es “causar gran admiración”. Es decir, sin lugar a dudas,
podemos afirmar que asombrarse consiste en maravillarse, en sentirse uno mismo admirado
por alguien o por algo. Que nosotros admiramos un acontecimiento o a una determinada
cosa o persona. Bonito concepto y saludable forma de ser y de entender la vida.
Es una lástima que esta capacidad nuestra, que nos es regalada, de manera
innata, se nos vaya mermando con el paso de los años.
Niña jugando |
Aprendamos de los niños, incluso de los
recién nacidos. Un bebé, desde el momento de su llegada, identifica a su mamá
al oírla hablar. A pesar de no verla – durante los primeros días de vida -,
sabe quién es y se siente seguro y protegido por ella. Solo por su voz. Por lo
tanto, no es nada extraño que manifieste su entusiasmo, su alegría, en
ocasiones euforia, y se tranquilice con su presencia. Conforme se le van
desarrollando los diferentes sentidos, poco a poco, va descubriendo todo un
maravilloso mundo, el que le rodea. Es muy perceptivo, apreciando cualquier
sonido, toda una gama de colores, objetos, olores,… que le acompañarán durante
el resto de su vida. Pero las primeras veces que los descubre, eso, eso es algo
increíblemente maravilloso. Un auténtico espectáculo que celebra con muestras
de alegría, sonrisas y hasta carcajadas.
Cuando un niño pequeño, tras dar sus primeros
pasos, camina descalzo por el parque o por la playa, esa experiencia, él, la
convierte en una auténtica fiesta, en algo único y fascinante. Digno de ser
celebrado. Y bien que lo celebra, dando muestras de una enorme alegría, de
gozo, llegando incluso a la euforia. Lo que para los adultos puede ser un
acontecimiento absolutamente normal, totalmente trivial, sin ningún tipo de
trascendencia, (dar un paseo por el campo o por la playa, por su arena), para un
pequeño de corta edad, se trata de una especie de “milagro” que en ese momento le
toca vivir. Y se siente maravillado por ello, asombrado. Lo mismo se ha de
decir del hecho de ver su imagen reflejada en un espejo. Cuando la descubre, comienza
a buscar detrás de este, quiere tocar a
ese otro nene que tanto le gusta y que se ha convertido, así, de improviso, en
su nuevo amigo. Igualmente, al oír hablar a otros niños, se siente identificado
con ellos y le agrada su tono de voz. Le gusta escucharlos y percibe que son
como él, pequeñitos, que posiblemente, también se encuentran en un proceso en el
cual están descubriendo poco a poco el mundo que les rodea y todo lo que en él está
aconteciendo. ¡Yuuuuupi!. ¡Cuántas
cosas verdaderamente asombrosas y extraordinarias estoy descubriendo!. Solo por
eso, ya merece la pena vivir, es estupendo habitar en este planeta que es el
nuestro, el de todos, la tierra.
Si se me permite, narro a continuación una
experiencia personal que, en su momento, me hizo muchísima gracia. Recuerdo
cuando mi hijo se encontraba dando sus primeros pasos. Era una tarde soleada
por lo que decidimos llevarlo a un centro ecuestre para que contemplase los
caballos. Al llegar, aún en el aparcamiento, se dio cuenta de que un niño no se
separaba de su lado. Le seguía a
cualquier parte, de manera insistente. Incluso, para más recochineo, se
permitía imitar cada unos de sus movimientos. Mi hijo, comenzó, entonces, a
correr detrás de él para alcanzarlo. Se pasó gran parte de la tarde intentando
cogerlo. Puede que por cansancio o porque se dio cuenta de que no tendría éxito
en su cometido, decidió desistir, lo dejó por imposible. Era su sombra, el
descubrimiento del día. Todo un importante acontecimiento.
La practica de la meditación alivia tensiones |
Sentir una ligera brisa o, tal vez, algo de viento
– más o menos fuerte - en las mejillas, mientras damos un relajante paseo por
el campo o por la playa durante un día de primavera, disfrutando, así mismo, de
una agradable temperatura; caminar por
el parque, entre las hojas caídas de los
árboles, en plena época otoñal, contemplando sus radiantes colores, percibiendo,
además, un olor natural, propio de la estación en la que nos encontramos;
observar durante un buen rato el bosque compuesto por árboles y vegetación de diversas
especies, contando como punto de observación el alto de una colina; estar
atentos a lo mucho que se divierten un grupo de niños en la celebración del
cumpleaños de uno de ellos; encontrarse tranquilamente recostado en el sofá y recibir
una inesperada muestra de cariño de tu hijo/@ , quien te regala un beso, a la
vez que te dice “te quiero papá/mamá”, … Y, tantas y tantas situaciones que
deberían ser siempre motivo especial de alegría y por las que sería bueno que
diésemos gracias a la vida, puesto que tenemos la gran fortuna de disfrutar de
ellas. Lo que nos hace falta es aprender a descubrirlas, a percibirlas, y a
vivirlas como si fuésemos un poco niños.
Imaginémonos por un momento, solo por un
momento, a una persona que es como cuando era niño. Sí, sí, digo bien, …como
cuando era un “pequeñajo”, de corta edad. Pero, además, con la experiencia y
los conocimientos propios de él mismo, en este caso, de adulto. Sinceramente,
creo que puede que disfrutara mucho más
de la vida y de los diferentes e interesantes
momentos que esta le ofreciese. Los niños, saben gozar del instante, del
“aquí y ahora”. Su capacidad de desconexión de asuntos ajenos al juego que se tienen entre manos, es
impresionante. De adultos, eso no lo hacemos. Nos cuesta centrarnos en algo
concreto, sobre todo, si tenemos presentes otros asuntos que nos crean cierta
inquietud y desasosiego.
Ya para terminar, os presento un vídeo titulado "El primer gusto", en el cual, se pueden ver las graciosas reacciones de varios niños al probar por primera vez diferentes alimentos, y percibiendo, por lo tanto, los sabores de estos.
Ya para terminar, os presento un vídeo titulado "El primer gusto", en el cual, se pueden ver las graciosas reacciones de varios niños al probar por primera vez diferentes alimentos, y percibiendo, por lo tanto, los sabores de estos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar con tus comentarios.
Para evitar cualquier tipo de SPAM y/o mensajes ofensivos, antes de ser publicados, deberán ser aprobado.
Un saludo,
Paco Fernández