Desde el primer momento que me decidí a crear el blog La Atalaya, mi pequeña bitácora, pensé en subir a él distintas publicaciones y lo que sí tenía muy claro era que, una gran mayoría serían reflexiones y pensamientos personales sobre diferentes temas, algunos de actualidad y otros ya pasados en el tiempo.
En este caso, si me permitís, me dispongo a hablar muy resumidamente de un asunto personal que desde hace muchos años me incordia, en cierto modo me impide, en algunas ocasiones, tener la calidad de vida deseable.
Veréis, estoy convencido de que las vivencias o comportamientos que tenemos de niños, tienen una influencia enorme en la vida adulta. En mi caso, desde pequeño, he sido siempre bastante nervioso y este nerviosismo se ha ido acentuando cada vez más, llegando a formar parte de mi carácter, de mi personalidad.
A los 11 años comencé a sentirme mal de vez en cuando, sobre todo al hacer ejercicio físico, padeciendo mareos acompañados de nauseas y vómitos. Con el paso del tiempo estos síntomas han ido variando hasta la actualidad en que, de forma esporádica, padezco un bloqueo generalizado, sobre todo de piernas, manos y brazos, llegando incluso a no poder articular bien las palabras, no entendiéndoseme lo que digo. Es como si se me trabase la lengua y, si intento vocalizar algo, he de ir pensándolo a la vez que hablo.
Hasta hace unos algo más de 10 años lo que me pasaba, al menos para mi, no tenía nombre pero hoy, mucho más informado, sí sé lo que es y cómo se llama: crisis de ansiedad. Y quiero, desde aquí, decir que estas crisis, normalmente, no son entendidas; no es algo físico como padecer del corazón, tener diabetes, etc. Muchas personas, cuando les hablas de ellas piensan que es que tienes muchos problemas y nada tiene que ver con eso. A cualquiera, siendo muy feliz en todos los sentidos, que no le falta de nada, en cualquier momento de su vida, puede venirle una crisis de este tipo por primera vez. … Y, creerme, esa primera vez, es la más desagradable de todas porque lo que primero que piensas es que te va a dar un infarto ya que tu pulso aumenta mucho y llegas a sentir en el pecho los latidos del corazón con mucha fuerza. Después de esto, una vez superado ese momento, lo que te ocurre es que te entra un pánico espantoso pensando que se te va a volver a repetir, que volverás a pasar ese mal trago.
Entonces, como consigo yo, personalmente, mejorar mi calidad de vida o, si queréis, reducir el número de veces en que pueda sentirme mal. … Pues, entre otras cosas, intentando llevar una vida mucho más tranquila, aprendiendo y practicando algunas técnicas de relajación y meditación.
Desde hace algún tiempo me gusta mucho la fotografía y el vídeo. Me encanta, sobre todo la costa y el campo. Estar grabando la Playa de Porcía o el el Cabo Blanco en Valdepares, me relaja muchísimo y me hace sentirme muy bien. Yo necesito de vez en cuando salir de la ciudad y dar un paseo por una playa, por el campo, por unos acantilados. Respirar aire puro, eso es lo que hace que me olvide de todo. Es lo mejor para el estrés.
También me he aficionado a la música tranquila, que me da paz y me serena como la clásica, el jazz, blues o la celta. Y, ya más recientemente, el Blog; escribir estos textos que publico después, me relaja y me hace pasar momentos muy agradables. Primero pienso el tema sobre el que quiero escribir, me pongo a ello y lo releo y modifico las veces que haga falta hasta que me gusta como queda. Nunca antes había pensado que escribiendo podría sentirme tan relajado y a gusto.
Si he escrito sobre este asunto personal mío, simplemente lo hice para comentaros las reflexiones anteriores: la importancia que para mi tiene la tranquilidad, el sosiego, el silencio a veces, la soledad “reflexiva” otras, etc. No penséis que soy una persona solitaria; no es el caso. Lo que pasa que hay momentos para todo.
Ya para finalizar os intercalo en esta publicación un vídeo al cual le tengo especial cariño por el momento en el que fue grabado y el lugar. Se trata de Los Lagos de Silva, en Salave, donde, si Dios no lo remedia, una empresa, ASTURGOLD, pretende comenzar la explotación de una mina de oro, transformando completamente el paisaje y el entorno que hoy conocemos. Esperemos que no lo consiga.
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Gracias por compartir tus experiencias personales. He de admitir que un ataque o crisis de ansiedad no tiene ninguna gracia. Tras un año muy estresado en el trabajo, sufrí una y me dejó sintiéndome muy temerosa e insegura de mí misma. Desde entonces sólo trabajo de jornada partida, lo que me permite dedicarme a tareas de ocio relajantes, como pasear a mi perro, hacer ganchillo o la jardinería.
ResponderEliminarTú sigue con la fotografía y el video, que son pasatiempos muy bonitos. Es gracioso que en nuestro colegio la asignatura más popular es la fotografía.
Saludos
Fátima
Gracias Fátima. Si te ha dado una crisis, no dejes que te venza. Busca actividades que te den tranquilidad y observa las cosas pequeñas de la vida y que son muy bonitas.
ResponderEliminarUn saludo,
Paco