Teclado con logotipos de redes sociales |
Recuerdo mis primeros años de bachiller. En aquella época, en España, sólo había una televisión, la pública, Televisión Española, con sus dos canales, tve1 y tve2. Las privadas aún tardarían unos cuantos años en llegar. Por aquel entonces, tenía un profesor que, al referirse en clase a la televisión, nos decía en gallego que era "o caxón das trolas" ("el cajón de las mentiras"). Ese era su concepto de aquella tve y, seguramente, no le faltaba razón.
Hoy en día, la sociedad, su organización, el mundo en general, ha experimentado grandes e importantes progresos, a todos los niveles. Algunos, también es conveniente decirlo, no necesariamente buenos y mejores. Ahora, al contrario que durante mi etapa de estudiante de bachillerato, además de contar con la posibilidad de sintonizar en nuestro receptor de televisión cien, doscientos o más canales - sobre todo, si disponemos de antena parabólica - , podemos utilizar las redes sociales, tanto en casa o nuestro lugar de trabajo como en la playa o en el campo. Y, todo ello, a través de un simple teléfono móvil. Los medios de comunicación, la manera en que nos comunicamos y nos informamos, cada día, han cambiado hasta tal punto que nos enteramos de cualquier suceso o acontecimiento, prácticamente, en tiempo real, a la vez que este se está produciendo.
Pues bien, si la televisión de los años ochenta era "el cajón de las mentiras", todos nos imaginarnos la cantidad de patrañas y tonterías que es posible inventar y contar a través de la redes sociales, teniendo en cuenta que a estas todos podemos acceder, desde cualquier parte del mundo y publicar lo que se nos antoje , en nuestro propio nombre o utilizando uno ficticio.
No debemos creernos "a pies juntillas" todo lo que leemos en las redes. Ante una noticia llamativa, es conveniente contrastarla. Comprobar donde se publicó originalmente y verificar si también se menciona en otros medios de prestigio. Dos ejemplos:
- Acabó de leer que el actor Jackie Chan ha muerto al producirse una explosión durante el rodaje de su última película. Es mentira.
- Hace pocos días se publicó que un conocido político español, caminaba por la calle cuando se le cayó al suelo el teléfono móvil. Al agacharse para recogerlo, fue atropellado por un coche. Se decía que se encontraba, en estado grave, en el Hospital de la Paz, en Madrid. Era mentira.
Los motivos por los que se publican este tipo de embustes pueden ser muy variados. Simplemente, por diversión, para comprobar cuantas veces es compartida esa informacion o con la intención de ridiculizar o de echar por tierra la reputación de un determinado personaje o colectivo. Si tenemos fundadas sospechas de que una noticia es falsa, lógicamente, no debemos participar en su difusión compartiéndola.
No quiero terminar esta entrada sin mencionar algo que es de puro sentido común. Como en la vida real, en Internet, debemos prestar especial atención a la educación, a las buenas maneras para con los demás usuarios y al respeto a sus creencias, a su forma de pensar, de ser o de vestir, por muy diferentes que sean de las nuestras. Para ser yo respetado, yo también debo respetar a los otros. Es de pura lógica.
Por otra parte, no se debe recurrir jamás al "todo vale" porque no es así. No confundir ese "todo vale" con la libertad de expresión. La libertad de cada uno de nosotros debe terminar dónde comienza la de los demás. Así es como se convive en paz, en sociedad, libremente, de un modo democrático. Por otra parte, las leyes han sido aprobadas para ser respetadas, también en Internet. Son de obligado cumplimiento por parte de todos.
Hoy en día, la sociedad, su organización, el mundo en general, ha experimentado grandes e importantes progresos, a todos los niveles. Algunos, también es conveniente decirlo, no necesariamente buenos y mejores. Ahora, al contrario que durante mi etapa de estudiante de bachillerato, además de contar con la posibilidad de sintonizar en nuestro receptor de televisión cien, doscientos o más canales - sobre todo, si disponemos de antena parabólica - , podemos utilizar las redes sociales, tanto en casa o nuestro lugar de trabajo como en la playa o en el campo. Y, todo ello, a través de un simple teléfono móvil. Los medios de comunicación, la manera en que nos comunicamos y nos informamos, cada día, han cambiado hasta tal punto que nos enteramos de cualquier suceso o acontecimiento, prácticamente, en tiempo real, a la vez que este se está produciendo.
Pues bien, si la televisión de los años ochenta era "el cajón de las mentiras", todos nos imaginarnos la cantidad de patrañas y tonterías que es posible inventar y contar a través de la redes sociales, teniendo en cuenta que a estas todos podemos acceder, desde cualquier parte del mundo y publicar lo que se nos antoje , en nuestro propio nombre o utilizando uno ficticio.
No debemos creernos "a pies juntillas" todo lo que leemos en las redes. Ante una noticia llamativa, es conveniente contrastarla. Comprobar donde se publicó originalmente y verificar si también se menciona en otros medios de prestigio. Dos ejemplos:
- Acabó de leer que el actor Jackie Chan ha muerto al producirse una explosión durante el rodaje de su última película. Es mentira.
- Hace pocos días se publicó que un conocido político español, caminaba por la calle cuando se le cayó al suelo el teléfono móvil. Al agacharse para recogerlo, fue atropellado por un coche. Se decía que se encontraba, en estado grave, en el Hospital de la Paz, en Madrid. Era mentira.
Los motivos por los que se publican este tipo de embustes pueden ser muy variados. Simplemente, por diversión, para comprobar cuantas veces es compartida esa informacion o con la intención de ridiculizar o de echar por tierra la reputación de un determinado personaje o colectivo. Si tenemos fundadas sospechas de que una noticia es falsa, lógicamente, no debemos participar en su difusión compartiéndola.
No quiero terminar esta entrada sin mencionar algo que es de puro sentido común. Como en la vida real, en Internet, debemos prestar especial atención a la educación, a las buenas maneras para con los demás usuarios y al respeto a sus creencias, a su forma de pensar, de ser o de vestir, por muy diferentes que sean de las nuestras. Para ser yo respetado, yo también debo respetar a los otros. Es de pura lógica.
Por otra parte, no se debe recurrir jamás al "todo vale" porque no es así. No confundir ese "todo vale" con la libertad de expresión. La libertad de cada uno de nosotros debe terminar dónde comienza la de los demás. Así es como se convive en paz, en sociedad, libremente, de un modo democrático. Por otra parte, las leyes han sido aprobadas para ser respetadas, también en Internet. Son de obligado cumplimiento por parte de todos.
Y tú, ¿qué opinas?.
¿Sueles compartir información, sin contrastar, porque, simplemente, trata sobre algo que te interesa y es coincidente con tus ideas?. ¿Crees justo desprestigiar o calumniar a otras personas a través de las redes sociales, aprovechando la relativa privacidad de Intenet?. Agradezco
tus opiniones. Muchas gracias por leerme.
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Paco Fernández