- Cuando tenemos un hijo, cuando un nuevo miembro llega a la familia, no acabamos de adquirir aquella mascota tan largamente esperada y deseada.
- Es entonces, con la nueva criatura ya en casa, cuando se termina nuestra vida de “novios”, de total libertad a la hora de salir o de llegar sin ningún tipo de obligaciones.
- Un pequeño, como mucho, debería estar en su cunita sobre las 21:00 ó 21:30 horas. Lógicamente, en un espacio silencioso, tranquilo y apropiado.
Como he dicho en el
post anterior, (PADRES QUE, QUIZAS, NO DEBERIAN SERLO)cuando tenemos un hijo, cuando un nuevo miembro llega
a la familia, no acabamos de adquirir aquella mascota tan largamente
esperada y deseada. Es muy diferente, no tiene nada que ver. A partir
de ese momento, especialmente si es el primero, nos veremos en la
necesidad de aplicar grandes cambios en nuestra vida. Tanto el padre
como la madre. Quizás, en honor a la verdad, a la mamá le toque la
mayor parte. Pero, igualmente, los padres, los varones, debemos
colaborar en todo lo que sea necesario y ayudar para que el nuevo
ritmo y avance familiar se produzca del modo más favorable posible
para todos.
Un bebé asombrado ante lo que descubre |
Es entonces, con la
nueva criatura ya en casa, cuando se termina nuestra vida de
“novios”, de total libertad a la hora de salir o de llegar sin
ningún tipo de obligaciones, de poner música o televisión con un
volumen más bien alto y a cualquier hora, siempre que los vecinos
nos lo permitan,…. Todo eso y muchas otras cosas, lo tenemos que
dejar a un lado, ya no nos lo podemos permitir. Se han terminado. …Al
menos durante unos cuantos años, hasta que él o ellos, se hagan
grandecitos y ya no necesiten tantos cuidados y atenciones.
Pues bien, lo que he
expuesto, tan elemental y de sentido común para cualquier persona
normal, parece que no lo es tanto para algunas parejas que, tras la
llegada de su hijo, pretender continuar con la misma vida y el mismo
ritmo que tenían hasta ese momento, pudiendo llevar, incluso, con
ellos, a su pequeño durante sus salidas nocturnas, sus fiestas y
hasta sus bailes.
Parece mentira, pero
al hacer estas afirmaciones, lo hago con conocimiento. Es lo que veo
en ciertas ocasiones, en demasiadas, durante mi trabajo, tanto por la
tarde como por la noche, a altas horas de la madrugada.
Me considero una
persona muy observadora y no se me escapa nada, especialmente, en
todo aquello que guarda relación con los más peques, mi gran
debilidad. Comportamientos que yo considero descabellados y de una
grave irresponsabilidad por parte de los padres, me llaman mucho la
atención y no suelen pasarme desapercibidos. Así, en determinadas
situaciones, ante actitudes verdaderamente sangrantes y “fuera de
lugar”, no puedo evitar dejarme llevar por la emoción y por
sentimientos de rabia, de pena y de dolor.
Una niña en compañía de su mamá |
Una vez que se
introdujo en el vehículo, me indicó con gran nerviosismo que quería
ir lo más rápidamente posible a un conocido pub de Oviedo, un local
de ambiente nocturno. Según él, cerraban a la 4:00 A.M. y allí se
había olvidado su mujer el bolso en el cual se encontraban las
llaves de casa, las dos copias, las de él y las de ella. Parece ser
que acababan de llegar en otro taxi a su domicilio y al intentar
abrir el portal, se habían percatado de que no tenían el mencionado
bolso y, por lo tanto, tampoco las llaves. Luego, no podían entrar
en casa. Pero, lo peor de todo y más grave y lamentable, creo yo, es
que no estaban solos. Con ellos, con la pareja, se encontraba su
hijo, un bebé de solo un añito. Había pasado la noche con sus
padres en aquella especie de antro, lleno de ruido y con un ambiente
totalmente cargado y contaminado. Un pequeño que, como mucho,
debería estar en su cunita sobre las 21:00 ó 21:30 horas.
Lógicamente, en un espacio silencioso y tranquilo, apropiado para
que pudiera descansar y dormir plácidamente, sin interferencias de
ningún tipo.
Pues bien, el caso
es que llegamos al famoso pub sobre las 3:50 A.M. pero, ¡qué mala
suerte!. Seguramente que, ante la falta de clientes lo habían
cerrado unos minutos antes y al chaval no le fue posible recuperar el
bolso con sus dos juegos de llaves. Regresamos pues a su domicilio y
por el camino, lamentándose, me dijo que su mujer le había echado
la culpa a él por no estar pendiente del dichoso bolsito pero que le
había dicho que era suyo, de ella, por lo que tenía que hacerse
cargo de él, que era su responsabilidad. Total, …¡lo que
faltaba!. Cerca de las 4:00 de la madrugada, discutiendo y echándose
la culpa uno al otro por la “desgracia” que habían tenido. Y, en
medio de todo esto, un bebé, casi un recién nacido, del cual, por
cierto, no se volvió a acordar. No parecía que fuese su principal
preocupación.
Le comenté que
tenía la opción de llamar a un cerrajero para que le abriese la
casa pero me contestó que a aquellas horas le iban a cobrar
muchísimo, que le saldría más económico pasar la noche en un
hotel. Yo diría, más bien, …lo que quedaba de noche. Además,
según él, debía de ir a trabajar por la mañana. Por otra parte,
le hice ver que, quizás, el pub, al ser de ambiente nocturno, quizás
no abriese hasta las 6:00 de la tarde.
Las famosas llaves |
En fin, llegamos a
su casa y ni rastro del niño ni de su madre. El portal estaba a
oscuras, sin luz. Me imagino, creo yo, que se hubiesen quedado
dormidos en el descansillo de la escalera. Lo cierto es que yo di
por finalizado mi servicio y abandoné el lugar. Eso sí, no sin que antes me
abonara la carrera por un importe de 11,00 €. Total, ...al fin y al cabo, no le sirvió para nada.
Quiero resaltar que
no me estoy refiriendo aquí o criticando a parejas que puntualmente
tienen algún tipo de evento (cena de empresa, la celebración de
aniversario, comida de antiguos alumnos,…). Esto no solo es
admisible, sino que es una costumbre muy sana y provechosa, con
objeto de mantener amistades y unas buenas relaciones sociales.
…Siempre y cuando dejen a los hijos con personas de su máxima
confianza y, a ser posible, sin que ello altere los horarios y
costumbres de los peques.
Termino ya con una
reflexión: Tener hijos, ser padres, es una tarea fácil. Cualquiera
puede serlo. Sin embargo, ser un BUEN PADRE, es algo muy difícil. En
el anterior post del blog (PADRES QUE, QUIZAS, NO DEBERIAN SERLO) hacía referencia a una breve cita de
Michael Levine que transcribo de nuevo aquí: “Tener hijos no lo
convierte a uno en padre, del mismo modo en que tener un piano no lo
vuelve pianista”
…Y tú, ¿qué opinas?. ¿Estás de acuerdo?.
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SIN MUSICA LA VIDA SERIA UN ERROR. - Friedrich Nietzsche -
Así Pienso. Así te lo he contado. … En Breve,
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