“Un
niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin
motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas
aquello que desea.”, PauloCoelho - Novelista, dramaturgo y letrista brasileño -
_____________________________________________________________________________________
- Todos nuestros recuerdos están ahí, forman parte de nosotros, de nuestra integridad como personas. No es posible desprenderse de ellos, por más que lo deseemos.
- Gracias a los recuerdos y a los acontecimientos vividos, nos iremos forjando y fortaleciendo como personas a través de los años.
- Pequeñas vivencias, aparentemente sin importancia, puede que sean las que más permanecen en el tiempo y las que con más agrado se recuerdan
____________________________________________________________________________________
No
cabe duda de que nosotros, los seres humanos, sin excepciones, tenemos un gran
número de recuerdos relacionados con nuestra infancia, con nuestra niñez. Unos,
tal vez agradables y atrayentes. Otros, sin embargo, quizás amargos y penosos,
de esos que, si dependiera de nuestra propia voluntad, los hubiésemos arrojado,
sin dudarlo ni siquiera por un instante, al “baúl de los olvidos”. Incluso, puede que unos
cuantos sean traumatizantes y angustiosos, auténticas pesadillas, causantes de
profundas heridas abiertas y sangrantes, posiblemente perpetuadas a lo largo de
los años.
Pero todos, absolutamente todos nuestros recuerdos están ahí, forman parte
nosotros mismos, de nuestra integridad como personas. No nos es posible
desprendernos de ellos. Algunos, puede, incluso, que se encuentren en una
especie de letargo, adormecidos, capaces de hacerse notar y de regresar a
nuestra memoria tras un determinado acontecimiento o suceso espontáneo,
repentino. Junto con las distintas vivencias y experiencias acumuladas,
ejercerán, creo yo, una extraordinaria influencia en nuestra personalidad, en
nuestro desarrollo y en nuestra forma de ser y de comportarnos a lo largo de la
vida. Gracias a ellos, a esos recuerdos y sucesos, nos iremos forjando y
fortaleciendo como personas a través de los años, convirtiéndonos así en seres
únicos, diferenciados de los demás.
Permitirme,
pues, a través de este espacio, compartir con vosotros una pequeña vivencia
acontecida durante mi infancia y, la cual, solía repetirse a principios de cada
año. La verdad que, al recordarla, no puedo más que experimentar, percibir,
grandes sentimientos de agrado y de satisfacción. No se trata de un hecho o
acontecimiento grandioso e impresionante, fuera de lo común. Todo lo contrario.
Más bien, de algo sencillito, aparentemente “poquita cosa”, sobre
todo si lo observamos desde un punto de vista actual, desde la distancia en el
tiempo.
Por
aquella época, los niños ya disfrutábamos de dos periodos al año durante los
cuales éramos inmensamente felices: uno era la Navidad y el otro, el verano. Ambos
representaban, para nosotros, unas maravillosas vacaciones, es decir, sin
clases, sin deberes, sin escuela,… ¡Vamos, una auténtica pasada!. Además,
durante las Fiestas Navideñas, teníamos la esperanza de que los Reyes Magos se
creyesen que nos habíamos portado como unos auténticos angelitos y se acordasen
de nosotros a la hora de repartir los regalos por las casas. Eran tiempos en
los cuales no había mucha abundancia, sin los grandes presupuestos que podemos
ver ahora, tanto a nivel familiar como institucional, pero, en fin, …al ser
magos, el dinero no parecía ser un problema. Ellos, siempre terminaban por arreglárselas
y, año tras año, …seguro, seguro, regresaban cargados con sus camellos desde
Oriente.
Por
suerte, todavía no habíamos sido invadidos por Papá Noel ni por Santa Claus,
por lo que los Reyes Magos contaban con la total exclusividad. No tenían
competencia, lo que les dejaba cierto margen de maniobra a la hora de organizarse
y de desempeñar bien su trabajo.
Pues bien, ya a punto de finalizar las Navidades y, por lo tanto las
vacaciones, el 6 de Enero, todos los niños acudíamos a misa de 11,00 con más
ilusión y alegría que de costumbre. Es más, estoy seguro de que ese era el día festivo del año en el cual se
podía ver más chicos y chicas en la iglesia. La razón era que, tras la
finalización del oficio religioso, íbamos pasando uno a uno por la sacristía,
donde las catequistas nos obsequiaban con una pequeña bolsita de caramelos. Era
nuestro regalo de Reyes. Como solían sobrar, habitualmente algunos de nosotros nos
marchábamos con alguna bolsita extra. Yo,
desde luego con una sola o con más, llegaba a casa más contento que unas
castañuelas.
Visto
así, hoy, desde la distancia en el tiempo, parece totalmente ridículo y
absurdo. ¡Una simple bolsita de caramelos!. No obstante, yo recuerdo que estaba
pendiente de aquel acontecimiento desde varios días antes. Me encontraba totalmente
ilusionado y deseoso de que ese momento, por fin, llegase.
El
único y auténtico responsable de todo aquello era D. José María, el ya
por entonces cura párroco de Valdepares. Él era el encargado de alegrarnos aquella
jornada y, al menos durante ese día, los niños disfrutábamos, nos entusiasmábamos.
Posiblemente acudíamos más contentos y con más alegría que nunca a oír misa.
En
ocasiones, las pequeñas cosas, las poco importantes, las que para algunos,
puede que pasen desapercibidas, quizás, para otros, son las que más se
recuerdan, las más trascendentales. Los buenos detalles, las desinteresadas
acciones de alguien, los favores de quien no tiene por qué hacerlos, que simplemente
quiere ayudar, sin esperar nada a cambio. …Eso, eso es de agradecer. …Y de
recordar siempre, con gran admiración y respeto.
…Y tú, ¿qué opinas?. ¿Estás de acuerdo?.
___________________________________________________________________________________
SIN MUSICA LA VIDA SERIA UN ERROR. - Friedrich Nietzsche -
Así Pienso. Así te lo he contado. … En Breve,
___________________________________________________________________________________
SIN MUSICA LA VIDA SERIA UN ERROR. - Friedrich Nietzsche -
Así Pienso. Así te lo he contado. … En Breve,
Nueva Publicación
_____________________________________________________________________________________
------ >>>> Mi Perfil en Facebook: http://www.facebook.com/valdepares <<<<------
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar con tus comentarios.
Para evitar cualquier tipo de SPAM y/o mensajes ofensivos, antes de ser publicados, deberán ser aprobado.
Un saludo,
Paco Fernández