domingo, 26 de agosto de 2012

60. DURMIENDO CON SU RIFLE MUY CERCA

“  En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir. El niño que no juega no es niño pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le haría mucha falta  “ - Pablo Neruda, escritor chileno -
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Dice el psiquiatra y escritor Enrique Rojas“ Casi todo lo humano está en la infancia. Cuando esta etapa ha sido feliz, sana, llena de afecto y bien enfocada, uno sale fuerte para todo “.

Por lo tanto, es muy posible que este sea, sin menospreciar la adolescencia, el periodo más importante de todo nuestro ciclo vital. Durante la niñez, yo creo que pasamos por una serie de vivencias, experiencias y aprendizajes que serán claves para nuestro desarrollo como personas, como seres humanos. En definitiva, para nuestro futuro

Vaquero cruzando el pueblo a pie
Se trata de una etapa libre de preocupaciones, durante la cual, si nuestros padres y educadores nos lo permitieran, seguramente todo nuestro tiempo lo invertiríamos  en el juego que, por otra parte, es tan esencial y necesario durante la niñez. Tiene muchas y muy variadas cualidades que son altamente beneficiosas para el correcto desarrollo de nuestra personalidad: mediante él, aprendemos, nos hacemos más sociables, sobre todo si lo llevamos a cabo en grupo, tenemos nuestros primeros contactos con las reglas, las normas, tan importantes para vivir en sociedad, especialmente, a edades más avanzadas,…Una de las características, posiblemente, la más significativa de nuestros juegos, suele ser la fantasía. Nos podemos imaginar grandes aventuras, luchas con tribus lejanas, rescates en un planeta desconocido, hacer nuevos amigos que, en realidad, no existen, …. La imaginación no tiene límites. Con ella conseguimos realizar lo que en la vida real no podemos.

Luego, yo os pregunto:

Prisioneros de un grupo de hombres armados
- ¿Vosotros fantaseabais mucho de pequeños?. ¿Erais capaces de pensar que emprendíais una feroz persecución de los malos a los que conseguíais reducir y llevar a la cárcel?. ¿Jugabais a ser profesores, ingenieros, padres, enfermeras, secretarias o dueños de una gran empresa?.

Yo creo que todos, sin excepción, estaréis pensando que SI, que la fantasía formaba parte de vuestros juegos, de vuestros momentos de ocio y esparcimiento.  En la vida de un niño, es algo que no puedo ni debe faltar; es de lo más normal; no hay nada de malo en ello. Todo lo contrario. Por lo tanto, ¿…Ser imaginativo?. Desde luego, yo pienso que SI, pero no solo durante nuestra edad infantil, sino también, como decía Pablo Neruda, durante la adulta. Quizás, digo yo, nos forme, nos desarrolle la mente, el pensamiento, el sentido de la percepción y  nos ayude en la toma de decisiones, una vez valoradas y analizadas las diferentes alternativas.

...¿Y la pelotita de lunares?
Con lo que yo la quería ....
¡Ojo!, no quiero ser mal interpretado. Lo que yo NO HE QUERIDO DECIR es que se debe ser como “ Antoñita La Fantástica “, de vivir permanentemente en un mundo totalmente irreal y que no existe, ni lo conoceremos jamás. …Que solo está en nuestra imaginación. A la hora de tener que hacer deberes, de estar en clase, de asearse, de vestirse, …En definitiva, de llevar a cabo una actividad que nada tiene que ver con los juegos, entonces, la fantasía, la imaginación, debe quedar al margen. A cada momento, un niño ( y, por supuesto, un adulto ), ha de estar centrado en lo que en ese mismo instante está haciendo, sin pensar en otra cosa. Supongo que ello, le ayude a mejorar su capacidad de prestar atención, de  concentrarse.

Pues bien, llegados a este punto, os voy a contar un pequeño recuerdo de mi infancia. En primer lugar, deciros que desconozco si yo era muy fantasioso o no, o estaba dentro de la media de los niños de mi edad. Pero os aseguro que, imaginación, lo que se dice imaginación, tenía, …y mucha.

En la narración que os voy a hacer, lo parece pero, “ No creáis, no Hace Tanto Tiempo, ¡…eh! “. A pesar de ello, por aquella época, ( muchos os acordaréis ), no había como en la actualidad, una multitud de canales de televisión, a todo color y que pudiésemos visualizar en  pantallas planas, de plasma y panorámicas de 32 ó más pulgadas. Nos conformábamos con lo que existía por entonces puesto que no conocíamos otra cosa: la única cadena de tve en blanco y negro, lo que hoy es la “ 1 “. 

Era una época en la que, desde Prado del Rey, llegaban a nuestros hogares muchas películas y series americanas del oeste. ¡Qué tiempos aquellos!. John Wayne, Alan Ladd, Burt Lancaster, GlennFord, Charlton Heston, Dean Martin, William Holden, James Garner, …Son algunos de los ya clásicos actores que solían protagonizar películas de westers. En cuanto a los títulos, teníamos Bonanza, La ley del revólver, El Virginiano, Lasaventuras de Rin-Tin-Tin, ….

Vaqueros durante un duelo
Todos los niños de entonces, al finalizar el capítulo semanal que tocaba,  deseábamos convertirnos en uno de aquellos atractivos vaqueros que, después de dejar tras de sí un reguero de sangre, a él nunca le llegaba su hora. Habiendo tenido una travesía de  unos cuantos días por el desierto, lleno de polvo hasta la médula, lo primero que hacía nada más llegar al pueblo, consistía en visitar el Saloon en busca de una buena botella  de whisky para mojar su boca. En ese momento y sin, ni siquiera darse un baño, caía en sus brazos la chica más bonita del lugar, locamente enamorada de él. Por si eso fuera poco, nuestro pistolero dejaba a todo el mundo con la boca abierta. Era la admiración de todos. Desenfundaba su revólver con una rapidez asombrosa, no existiendo nadie en cientos de millas a la redonda capaz de medirse con él en un duelo. Los malos, los forajidos, le temían como al mismísimo demonio.

Conociendo, por lo tanto, estas credenciales, nosotros, los niños, deseosos de perder la inocencia y alcanzar rápidamente la vida adulta, en la cual abundaban las mujeres y el alcohol, no era de extrañar que lo admiráramos. ¡Qué pasada!. ¡…Cómo molaba, el muy capullo!. Queríamos a toda costa ser como él. Tenía todo lo que ambicionábamos de una manera casi enfermiza.

Por entonces, en casa, la habitación la compartía con mi hermano Juan. ¡Menudas nochecitas le he dado!. …¡Pobre hermano. Se tiene ganado el paraíso!.

Disparando su revólver
Cuando nos acostábamos, yo me metía debajo de la ropa, tapando incluso la cabeza y, ya estaba…; ahí empezaba todo… Justo en ese momento, se iniciaba una de mis grandes aventuras: algunas veces podía tener lugar un duelo en el medio del pueblo. Otras, una batalla entre unos, los buenos, estando yo en ese grupo claro, y  los malos. Debido a alguna desavenencia, ya sabéis, una disparidad de criterios, entre todos decidíamos solucionar la disputa pegando tiros para comprobar cuales quedábamos después en pie. Curiosamente, siempre ganábamos los buenos, entregando a los pocos malos, cuya sangre seguía circulando por sus venas, al sheriff, quién los metía en la cárcel o los enviaba a la horca, según su criterio.

¿…Y cuando el pueblo era atacado por los indios?. Ahí sí que se organizaba un verdadero follón. Llegaban, lanzaban sus flechas por todos lados, dando el típico grito de guerra, quemándolo todo y entrando en las casas para secuestrar y violar a las mujeres. Los niños también se los llevaban. Además, entre ellos, siempre había algún gracioso que tenía la manía de coleccionar cabelleras. Por lo tanto, lo verdaderamente importante y vital, …sobre todo eso, vital, además de disparar para matar el mayor número posible, consistía en sujetar con una mano el sombrero de vaquero. …Si este se separaba de tu cabeza, estabas perdido. Tenías muchas y grandes posibilidades de que tu querida cabellera terminase colgada de un palo en una tienda de un campamento indio como si de un trofeo se tratase. …Y, eso no era nada bueno.

Grupo de indios trasladándose de reserva
El caso es que,… Está bien…, os lo voy a contar. Tengo ganas de hacerlo. Así desahogo un poco. Es un detalle, quizás, sin importancia, pero el bueno de Juan, oía los disparos. No solo eso. Yo, en aquel momento no era muy consciente de ello; simplemente, me limitaba a mirar de seguir con vida. No obstante, además de protegerme y disparar a diestro  y siniestro, hacía el sonido de todo: los disparos, los diálogos entre vaqueros ( cambiando las entonaciones de las distintas voces ), las explosiones de pólvora, el griterío indio, … Incluso, los silbidos de las balas, al rebotar, tras impactar estas contra algún obstáculo como los postes de telégrafos o las vías del ferrocarril. ¡Dios mío!. Nunca se me olvidará aquel sonido, mientras las balas sobrevolaban nuestras cabezas en medio de la oscuridad. El peligro estaba ahí, presente. Se podía escuchar todo con una gran claridad. Había que darle un gran realismo y, por lo tanto, no tenía sentido hacerlo en voz bajita. Sería de cursis.

Yo lo vivía; para mí era real. Supongo que, en más de una ocasión, me habré quedado dormido en medio de todo aquel lio. Calculo que en aquella época tendría entre 9 y 11 años. Otra cosa: como precaución, dormía con un rifle bajo la cama. Sí, Sí, …os aseguro que es cierto. Buscaba por los alrededores de mi casa un palo, un trozo de madera. Si tenía una pequeña curvatura hacía un lado, que me hacía imaginar que el extremo más corto podría pasar por ser la culata y el otro por el cañón, ya tenía mi rifle. Era perfecto. ¡Qué pasada!.

Por eso, no es de extrañar que mi hermano, un santo él, con tanta contienda y desavenencia entre pistoleros armados hasta los dientes, mientras intentaba dormirse, sabiendo además que, a pocos centímetros de mí, tenía un rifle, estaba, y con motivo, muy acongojado. Se encontraba muy preocupado. Aquello, se había convertido en algo  extremo e inquietante. Desesperante, diría yo. Ciertamente, Juan estaba en medio. Era carne de cañón.

Placa de Sheriff
La situación llegó a ser tan insostenible que, harto ya de tanto duelo y de tanta batallita al anochecer, temeroso por su integridad física, le dijo a nuestra madre:

- Un día de estos vamos a tener un disgusto en casa. ¿Tú sabes que duerme con un rifle debajo de la cama?. Cualquier noche, soñando que se encuentra disparando o batiéndose en duelo con algún forajido en mitad del desierto, se va a levantar y me descalabra a golpes mientras duermo…

¡Qué exagerado mi hermano!. …Pensar eso de mí. De otro, bueno, …pero de mi... Nunca llegó a pasar tal cosa. …Pero, muy bien podría haber llagado a ocurrir.

Es maravilloso ser ocurrente, imaginativo. Fantasear, tanto de niño como de adulto. …Pero con los pies en el suelo. En cada momento, debemos estar a lo que estamos. Ni más, ni menos. Así de fácil.

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SIN MUSICA LA VIDA SERIA UN ERROR. - Friedrich Nietzsche -
  • Tema Musical  : A Fistfull Of Dolars
  •  Intérprete        : ENNIO MORRICONE
  • Año                 : 1.977
  • Género            : POP/Otros
  • Título Album    : The very vest Of ...
  • Notas              : 1.999
Así Pienso. Así te lo he contado. … En Breve, 
Nueva Publicación. Te espero ...
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1 comentario:

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    ●Feliz Fin De Semana●
    ★MaRiBeL★‏

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Paco Fernández