jueves, 17 de enero de 2013

75. ¡QUE IRRESPONSABLE! - Parte I


"El verdadero buscador crece y aprende, y descubre que siempre es el principal responsable de lo que sucede." - Jorge Bucay, Terapeuta y escritor argentino -

_________________________________________________________________________________

  • Irresponsable: el que adopta decisiones importantes sin la debida meditación
  • La irresponsabilidad no es propia únicamente de niños o adolescentes
  • Por fin, había encontrado el juego perfecto, aquel que no se le había ocurrido a ningún otro niño

_________________________________________________________________________________
¿Qué significa la palabra “irresponsable”?. Según  la R.A.E. (Real Academia Española), en una de sus definiciones, afirma que este vocablo hace referencia a “Dicho de una persona: Que adopta decisiones importantes sin la debida meditación”.

¡Qué curioso!. Teniendo esto en cuenta, seguro que ninguno de nosotros puede escaparse ni ser ajeno a este término. ¿Quién no se ha comportado alguna vez en su vida de una manera totalmente irreflexiva, sin pensar, sin tener en cuenta los resultados que podría acarrear su forma de actuar, su proceder?. ¿Quién no ha hecho algo sin haber calculado suficientemente los riesgos que ello conllevaba?.

Quizás este comportamiento, a priori, muy bien pudiera parecernos propio de personas con una madurez mental aún no muy desarrollada, pero lo cierto es que, incluso, de adultos, de mayores, en ocasiones, solemos actuar de forma brusca, visceralmente, precipitadamente; me atrevería a decir que de manera insensata, sin evaluar ni estimar, ni siquiera por un momento, las posibles consecuencias negativas que pudiera tener para nosotros mismos o para otras personas adoptar una determinada decisión.

En golf, la pelota, en su trayectoria, describe una parábola
A continuación, paso a detallar un acontecimiento de mi infancia, del cual no estoy especialmente orgulloso. No es para ello, ni mucho menos. Hoy, desde la distancia en el tiempo y pensándolo fríamente, creo que podría muy bien haber tenido resultados bastante dramáticos y desagradables para mí, para mi familia y, de una forma muy especial,  para otra persona, a la cual tuve la suerte de no conocer. Entono, por lo tanto, el “mea maxima culpa” y espero que, en todo caso, este acto haya prescrito, no teniendo en la actualidad, consecuencias judiciales o persecutorias de ningún tipo contra mí persona. …Por supuesto, es broma. Era casi un crío y ocurrió hace muchísimos años. …Bueno, …no tantos. Tampoco hay porque exagerar.

Calculo que tendría unos 12 ó 13 años de edad, no más. Faltaban pocas horas para que el día llegase a su fin. Debido a ello, comenzaba a anochecer. Recuerdo que yo, un chico como todos, inquieto, activo, después de cenar, salí a la calle con intención de jugar y pasar un rato agradable, mientras mi familia permanecía en casa viendo el televisor. El cielo estaba despejado, por lo que se hacían presentes gran número de estrellas, además de una maravillosa y bonita luna llena que parecía iluminar todo el firmamento, así como aquellos lugares donde la oscuridad empezaba  a notarse. Tal vez estábamos en Primavera o Verano, puesto que la temperatura era muy agradable. Me apetecía estar al aire libre, jugando, pasándolo bien, aunque fuese solo, sin la compañía de otros niños.

La casa donde vivía con mi familia estaba y está a unos 150 ó 200 mts. de la carretera Nacional 634 que une, entre otras ciudades Santiago de Compostela con Oviedo. En aquella época, realmente, el tráfico existente por esta vía de comunicación, nada tenía que ver con el que podemos ver en la actualidad, pero sí transitaban por ella todo tipo de vehículos.

Pues bien, el estar ocioso, el ser niño, el encontrarme sólo, el desear jugar y pasarlo bien, …Todo ello junto, en ocasiones, se puede convertir en una especie de cóctel explosivo que no puede traer nada bueno. El caso es que se me ocurrió pensar en alguna forma de divertirme, de entretenerme, ya que todavía disponía de unas horas antes de tener que irme a la cama.

Tras cavilar un rato, me vino a la mente una idea que me pareció muy original y estupenda. En principio, nada descabellada. Más bien, todo lo contrario:

- ¡Ya lo tengo!, – me dije -, ¡Paco, eres un verdadero genio, chaval!. ¿Cómo no se me habrá ocurrido antes?.

Era muy sencillo. El plan consistía en lanzar con todas mis fuerzas una piedra por encima de la carretera, hasta el otro lado. No pasaría nada, ya que esta describiría una trayectoria en forma de parábola, siendo su origen mi mano y su destino, su final, un campo, un prado que, además, se daba la circunstancia que pertenecía mi familia y donde, por cierto, teníamos plantados unos árboles frutales de diferentes tipos, cuyas cosechas solíamos recoger en su época. 

...¡Jo, qué bien sabía la compota de manzana o de pera que hacía mi madre …!.
El coyote es en experto describiendo parábolas

En fin, continuando con lo que iba diciendo, para hacer todo esto un poco más interesante, os diré que, entre el lugar donde yo me situaba y la carretera, estaba la casa de una vecina con su huerto y un pequeño cobertizo. Por tal motivo, yo no veía acercarse a vehículo alguno, debiendo entonces guiarme por el ruido que emitía. Porque eso era otro aspecto importante de este juego. Lo que lo hacía más excitante, más emocionante: debía lanzar la piedra justo en el momento en el que yo suponía, por su sonido, que se encontraba en la carretera pero justo frente a mí.  ¡Aunque no entrañaba ningún riesgo!. ¡Eso seguro!. Todo lo tenía calculado hasta el último detalle. No se me escapaba nada.

¡Qué cosas!. Recuerdo que me gustaba más lanzar la piedra cuando me daba cuenta de que lo que se acercaba era un camión ya que estos eran más ruidosos y ello hacía que el jueguecito fuese más impresionante; en ocasiones,  casi escalofriante.

Estuve así, lanzando y lanzando, … un buen rato. La sensación que tenía,  al oír como cada camión iba desapareciendo en la lejanía y su sonido se iba diluyendo poco a poco, era indescriptible. Algo sublime, lo máximo. ¡A-lu-ci-nan-te!. No hay palabras…¡Qué maravilla!.

El caso es que llegado un determinado momento, oí como se acercaba una "nueva víctima" (...de mi juego, se entiende). Por el ruido, pensé que se trataría de uno bastante grande. Posiblemente un cuatro ejes o un tráiler. Tomé con mi mano derecha una piedra y me puse en posición, esperando que se aproximase. Cuando lo creí oportuno, cogí impulso y, con todas mis fuerzas, la lancé, … lancé aquella bendita pero, a la vez, malograda piedra, sintiéndome yo enormemente satisfecho de los resultados obtenidos con mi nuevo jueguecito. ¡Era super-megadivertido!.

De todas formas, ...¡maldita sea!. Hubo algún error de cálculo. Sentí un terrible estruendo, acompañado de ruido, mucho ruido, un ruido espantoso, como de cristales esparciéndose por el asfalto, por la  calzada. Casi a la vez, de continuo, por si fuera poco, escuché como un frenazo brusco, en seco. Mientras viva, recordaré aquel horrible sonido. …Y, por supuesto, la sensación percibida a continuación. Yo creo que todo mi cuerpo temblaba. No sabia que hacer. Me quedé de piedra. ¿Qué habría fallado?.

Un arquero,en Barcelona'92,encendió la llama olímpica
Tiritando (no precisamente de frío) y muy, muy asustado, conteniendo la respiración, me metí en casa con intención de no volver a salir de ella nunca más. Mientras viviera. Me fui sigilosamente hasta donde mi familia estaba viendo el televisor y, sin decir nada, me puse en un rincón, cruzando los dedos y, estoy seguro que rezando, rezando mucho para que, ¡por Dios!, que nadie llamase a la puerta. Eso seria mi perdición. 

Estuve en la misma posición hasta que mis padres me mandaron ir a la cama. No recuerdo muy bien pero, supongo que aquella noche, tardé en dormirme mas de lo normal. No era para menos. Estaba atemorizado. …Eso si: no dejaba de preguntarme que sería lo que habría podido fallar. 

- Pero, ...si era el juego perfecto.No lo entiendo. ...No es justo,- me repetía constantemente -

A la mañana siguiente, salí de casa con miedo, temeroso y dudando de que todavía estuviese por allí el desdichado camión y, lo que era aún peor, el camionero. Nunca tuve la ocasión de conocerlo. Ni siquiera de ver su cara. Bueno, ...la verdad, …os confieso que tampoco lo deseaba. Ojalá que el buen hombre, a partir de aquello, haya tenido mucha suerte, en todo. De verdad. …Ah, si. También, que no haya dedicado mucho tiempo en pensar quien habría sido el capullo que le había hecho aquello…

En cuanto a aquel juego perfecto, que era capaz de poner mi adrenalina de casi adolescente a funcionar, decidí, tras una profunda y muy larga reflexión, que quizás no era la panacea, que tampoco era el momento. Que yo, como niño, tenía que probar, que investigar nuevas formas de pasar el rato. Creo que no volví a lanzar una piedra hasta que llegué al instituto de Tapia de Casariego. ...Pero bueno, eso es otra historia que en su día ya conté y que que podéis releer pinchando AQUI o en "10. LA PEDRADA QUE NO FUE. ...MENOS MAL".


_________________________________________________________________________________

SIN MUSICA LA VIDA SERIA UN ERROR. - Friedrich Nietzsche -
  • Tema Musical  : ¡Dame, Dame, Dame!
  •  Intérprete        : ABBA
  • Año                 : 1.980
  • Género            : Pop
  • Título Album    : ¡Dame, Dame, Dame!
  • Notas              : ¡Qué recuerdos con Abba!



Así Pienso. Así te lo he contado. … En Breve,
Nueva Publicación
_________________________________________________________________________________

 ------ >>>>   Mi Perfil en Facebook: http://www.facebook.com/valdepares    <<<<------