martes, 19 de febrero de 2013

76. ¡QUE IRRESPONSABLE! - Parte II

"A nadie le va mal durante mucho tiempo sin que él mismo tenga la culpa." - Michel Eyquem de Montaigne, Escritor y filósofo francés. -

__________________________________________________________________________________
  • Es difícil de creer pero hay personas empeñadas en demostrarnos que su enorme grado de irresponsabilidad, de insensatez, es algo innato.
  • Las prisas al volante son malas compañeras de viaje. Son un error.
  • Deberíamos acostumbrarnos a realizar todas nuestras tareas o desplazamientos de manera más lenta. El nivel de stress experimentaría una notable mejoría.
__________________________________________________________________________________

Como ya he  comentado en la entrada anterior, “75. ¡QUE IRRESPONSABLE! – PARTE I”, el grado de irresponsabilidad de una persona no creo que esté determinado por la edad de esta. O, dicho de otro modo, el que uno se pueda comportar de una manera totalmente irreflexiva, sin valorar ni prever las consecuencias de un determinado acto, no depende de la cantidad de años que tenga.

Chica conduciendo mientras habla pro teléfono
A priori, debemos pensar que un individuo no es irresponsable  por naturaleza, es decir, siempre. …Por más que algunos se empeñen en querer demostrarnos que lo suyo es natural, es innato. ¡…Hay gente para todo!. Supongo que son los menos.

Lo que ocurre, pienso yo, es que, a edades tempranas, de niños o de jóvenes, no solemos ser del todo conscientes de los peligros que una determinada acción o decisión puede entrañar para nosotros mismos o para otras personas. Por otra parte, todos, tanto siendo adultos como no adultos, a menudo y bajo una determinada excusa, podemos reaccionar de una manera improvisada, precipitada, no meditada. Por lo tanto imprudente e irresponsable. Es muy habitual que este pretexto o justificación suela ser el tiempo, el que tenemos para ir a alguna parte o para realizar determinada tarea que ha de ser de forma rápida, apresurada. Vamos con prisas a todos lados, a veces alocadamente, como si de ello dependiera en gran medida toda o una gran parte de nuestra existencia.

Debido a mi trabajo, me paso diariamente una buena cantidad de horas en la calle, conduciendo, al volante de un vehículo, en su mayoría por ciudad. Observo demasiado a menudo que, tanto los conductores como los peatones, somos  unos auténticos expertos a la hora de cometer imprudencias, por supuesto, nunca justificadas. 

Hace unos años pude contemplar y ser testigo de una situación verdaderamente escalofriante, espeluznante. Ocurrió en Oviedo, concretamente en la prolongación de la calle González Besada hacía la Plaza de Castilla. Podemos decir que esta vía pertenece a una de las principales arterias de comunicación de la ciudad, donde habitualmente, el volumen de tráfico es cuantioso, puesto que, a través de ella se accede, por una lado, a la Ronda Sur y, por el otro, a  la autovía León-Madrid. Dicha vía está formada por cuatro carriles, dos en cada sentido de la circulación. 

Lugar aproximado de los hechos
Caminaba hacía mi casa cuando reparé en la presencia de una chica joven al otro lado de la calle y que, por su actitud, parecía tener la intención de cruzar la calzada por un lugar carente de paso de peatones y de semáforo. Así lo hizo en el mismo momento en que vio un pequeño hueco. Este hecho no sería especialmente llamativo si no fuera porque no estaba sola, sino que llevaba consigo nada menos que  un cochecito de bebé, por supuesto con su correspondiente "pasajero". Al haber abundante tránsito de coches en aquel momento, no le dio tiempo a llegar a la acera de en frente, por lo que no tuvo más remedio que quedarse en medio, donde hay dibujadas en el asfalto dos líneas continuas a modo de mediana, de separación entre un sentido y otro. Dispuso el cochecito de forma paralela al sentido de la circulación y allí se mantuvo mientras pasaban vehículos a ambos lados a la vez que, desde alguno de ellos, el conductor hacía sonar el claxon. Sobra decir que en medio de aquella circulación, cualquier automovilista, podría muy bien no percatarse de su presencia, y atropellarlos. Para mí, como observador de la escena, fueron unos momentos llenos de tensión y nerviosismo. 

Lo cierto es que, no de una forma tan exagerada, pero a menudo contemplo situaciones de personas adultas que en la calle ponen en peligro la integridad física de niños. ...La irresponsabilidad, a veces inconsciencia,  es terrible.

Termino ya con una pequeña anécdota, de la cual yo no he sido testigo o, al menos, no lo recuerdo, puesto que era demasiado pequeño, pero me la ha contado su propio protagonista. Ocurrió al menos hace unos 40 años. En aquella época, el tráfico que circulaba por la N. 634 que es la carretera que pasa por Valdepares y que une ciudades como La Coruña y Oviedo, nada tenía que ver con el que podemos ver en la actualidad. En comparación había muchos menos coches. Por otra parte, eran tiempos en los que la Guardia Civil, cuerpo de seguridad pública desde mediados del siglo XIX, se movía en parejas, caminando por las diferentes vías de comunicación de toda España. En el barrio de San Pelayo, donde yo nací, había y todavía hay, el campo del mismo nombre que se extiende a ambos lados de la carretera. A continuación de dicho campo, para los que conocen este lugar, recordarán que, en sentido La Caridad, la carretera no estaba como hoy, en terreno llano, sino que había varias cuesta y por lo tanto existían unos cambios de rasante. 

Pareja de la Guardia Civil
El caso es que nuestro protagonista, recién estrenada su adolescencia, había aprendido a andar en bicicleta y le gustaba mucho ir por aquella zona a practicar. Según me cuenta, pensó que podría cruzar la carretera pero, quizás, no le haría falta mirar si se aproximaba algún vehículo que, como he dicho, aunque no muchos, algunos pasaban. Su idea era la de que, si lo hacía muy, ...muy rápido, a toda velocidad, "hombre, sería una casualidad muy grande, desafortunada, que justo, ...justo durante esos segundos que duraba su paso al otro lado, lo hiciese también algún coche, pasase a la vez que él". A nuestro amigo no le parecía posible que esta circunstancia pudiera presentarse. Era sumamente difícil. Eso sí, el truco consistía en hacerlo lo más rápidamente posible, tomando velocidad desde una cierta distancia. Así, no habría problemas. ...Y, de esta forma estuvo haciéndolo casi una tarde entera. Moviéndose de una lado a otro de la carretera, sin mirar, como decimos en Valdepares, del campo de abajo al de arriba y a la inversa. ...Y no pasó nada. ...De milagro. De todos modos, nuestro chico, solo, por si acaso, al cruzar, a pesar de hacerlo "como un rayo", echaba un vistazo, aunque sólo fuese de reojo, a ambos lados. Fue en uno de esos momentos cuando le pareció ver, allá, al fondo de la cuesta, a la pareja de la Guardia Civil que venían como siempre, caminando. El caso es que se asustó tanto que no volvió a repetir su azaña nunca más. Quizás no se creía que su idea de que "no pasaba nada",  con el truco de hacerlo rápido, fuese a resultarles muy creíble a los chicos de la benemérita.


_________________________________________________________________________________

SIN MUSICA LA VIDA SERIA UN ERROR. - Friedrich Nietzsche -
  • Tema Musical  : Say You, Say Me
  •  Intérprete        : LIONEL RICHIE
  • Año                 : 2.008
  • Género            : Pop
  • Título Album    : The very best of
  • Notas              :



Así Pienso. Así te lo he contado. … En Breve,
Nueva Publicación
_________________________________________________________________________________

 ------ >>>>   Mi Perfil en Facebook: http://www.facebook.com/valdepares    <<<<------

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar con tus comentarios.

Para evitar cualquier tipo de SPAM y/o mensajes ofensivos, antes de ser publicados, deberán ser aprobado.

Un saludo,

Paco Fernández