lunes, 8 de octubre de 2012

63. DEJARSE ENSEÑAR PARA APRENDER

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“Aquel que desee convertirse en maestro del hombre, debe empezar por enseñarse a sí mismo antes de enseñar a los demás; y debe enseñar primero con el ejemplo antes de hacerlo verbalmente. Pues aquel que se enseña a si mismo y rectifica sus propios procedimientos, merece más respeto y admiración que el que enseña y corrige a otros, eximiéndose a él mismo. “, Louise Hay – Escritora, oradora y editora estadounidense -
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Ahora SI. Me ha gustado; así es como tienes que hacerlo siempre. No se te olvide, - dijo Víctor

- Bueno, …entonces, …vamos… ¿Qué era lo que querías?, - prosiguió

Este era el final; …el final de una anécdota que me ocurrió cuando tenía unos 12 ó 13 años. La recuerdo muy bien y con gran detalle. Nunca se me olvidará. …Y de ella, creo haber recibido una buena enseñanza. Al fin y al cabo, de eso se trataba. Era, ni más ni menos,  lo que perseguía Víctor: ¡Enseñarme!.

Víctor, trabajaba en una empresa dedicada a la venta de materiales de construcción ubicada en LaCaridad, a 3 kmts. de Valdepares. En ese momento, yo me encontraba cursando 7º u 8º de Educación General Básica en el colegio, por entonces llamado “ Arcangel San Miguel “ ( hoy el " C.P. Jesús Alvarez Valdés " ), en la misma localidad.

Una  de  las  asignaturas  de  aquel  año era “ Plástica “, por lo que recibimos el encargo de nuestra profesora, a modo de deberes, de realizar, cada uno en su casa, el busto en escayola de un personaje histórico, cuyo molde ella nos facilitaría. ¡Chupado!. ¡Era algo muy sencillo!. Consistía en hacerse con escayola en polvo, diluirla en una poquita de agua, obteniendo como resultado una especie de cemento pastoso que depositaríamos, esparciéndolo totalmente por el molde  y dejándole secar y fraguar durante varias horas. ¡…Y ya estaba!. Eso era todo. Parecía sencillo.

El caso es que, no sé cómo, pero me enteré de dónde podía conseguir el material que necesitaba, es decir la escayola, y hacía allí me dirigí. Cuando llegué vi que la puerta de aquel local estaba abierta y muy cerca de ella había un mostrador de madera que a mí me pareció bastante alto. No me hagáis mucho caso; …quizás mi estatura era más bien bajita y yo lo veía enorme.

Tras dicho mostrador observé que, de espaldas, un señor estaba sentado e inclinado sobre una mesa mientras escribía o hacía algún tipo de cuenta. Había un gran silencio en aquel lugar. No existía nada que perturbase al buen hombre  su concentración en lo que tenía entre manos. De pronto, entré muy rápido y decidido a conseguir aquella materia prima que tanto necesitaba y ansiaba, por lo que, ni corto ni perezoso, en voz alta, enérgicamente, lleno de emoción, casi gritando, dije:

- ¡Quería escayola!

…Bueno, bueno, bueno, ... ¡La que armé!. …Aquel señor que a mí me pareció enorme, casi gigante, se levantó de golpe y se dio la vuelta. Fue en ese momento cuando vi por primera vez su cara. Estaba roja, muy roja, con el ceño fruncido; sus ojos, saltones y grandes, parecía que se le  iban a salir. Por un momento, me pareció que estaba enfurecido, casi, casi, cabreado. Esa era la sensación que me producía al fijarme en su rostro, en cómo y con qué insistencia me miraba a la vez que me hablaba, …en fin, casi gritaba, vociferaba.

- ¿Cómo dices?... ¿Qué forma de entrar es esa?..., - me dijo con voz fuerte y retumbante, continuando, -  No se entra en ningún sitio de esa manera

Manteniendo la respiración, no me atreví a abrir la boca. Tenía miedo a que la situación se complicase todavía más. Yo, con mi carácter tímido, introvertido, que solía disgustarme y pasarlo mal si alguien me llamaba la atención, aquello era demasiado. Me sentí hundido, afligido de verdad. Víctor, no me estaba echando una simple regañina, un rapapolvo. Ni siquiera una reprimenda. Era una verdadera bronca en toda regla. Comencé a notar que las piernas, …más bien todo el cuerpo, me temblaba a la vez que un sudor frío recorría mi nuca. Podía advertirlo muy claramente. Traté, entonces, de mantenerme inmóvil, sin rechistar para ver si se calmaba y la situación se comenzaba a normalizar. Tras unos segundos, para mí interminables, sin decir absolutamente nada pero manteniendo la vista clavada en mis pupilas, de pronto, aquel señor, rompió el silencio, exclamando:

- Vamos a repetirlo. Tienes que salir ahí fuera y volver a entrar. Pero esta vez, lo vas a hacer bien. …Y yo me ocuparé de que así sea

- Al llegar, das dos o tres golpes suaves en la puerta y dices “¿se puede?”. A lo que yo te contestaré “Adelante”

- Pasas y me dices “Buenos días”,  a lo que yo te responderé “Hola, Buenos días. ¿Qué deseabas?". Y, ya está. Tan difícil no es, ¿verdad?. Esa es la manera correcta de hacerlo. No se te olvide. ¡...Venga!. …Vamos con ello

A continuación, hicimos lo acordado tal como él lo había dicho. …Y no solo una vez, sino que lo repetimos dos más. Al final, creo que le gustó como lo había hecho. Ya, notándolo más tranquilo y relajado, con un tono de voz más pausado y casi paternal, me dijo:

- Ahora SI. Me ha gustado; así es como tienes que hacerlo siempre. No se te olvide

- Bueno, …entonces, …vamos… ¿Qué era lo que querías?

A mí aquello, a pesar de los nervios y de la vergüenza, en realidad me había gustado. Había sido como un ensayo, casi como un juego. Después, más adelante, comprendería que, en realidad, entrando como lo había hecho, Víctor se había asustado; por eso estaba tan enfadado. Con el tiempo, me fui percatando de  la importancia de lo aprendido aquel día. Y, nunca más entré o llegué a un sitio y comencé a hablar sin más, sin saludar primero.
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Nota.- La anterior anécdota ha sido redactada de manera que, a la hora de llevar a cabo su lectura, esta pudiera resultar más amena, más grata. Además se le ha dado un cierto toque de humor. No obstante, los hechos aquí narrados así como la secuencia de los mismos, junto con el personaje, Víctor, son totalmente reales.
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SIN MUSICA LA VIDA SERIA UN ERROR. - Friedrich Nietzsche -
  • Tema Musical  : Miss You Blues
  •  Intérprete        : MARK KNOPFLER
  • Año                 : 2.012
  • Género            : Country/Blues
  • Título Album    : Privateering
  • Notas              : 

    Así Pienso. Así te lo he contado. … En Breve, 
    Nueva Publicación. Te espero ...
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    2 comentarios:

    1. Desde acompáñame, llevamos unos meses queriendo reunir a los mejores blogs que seguimos. Si aun no te has apuntado al reto de Halloween que lanza Acompáñame, no olvides que te esperamos allí, tenemos ganas de ser muchos.

      Un besazo.

      http://podemos-juntos.blogspot.com.es/2012/10/reto-de-halloween.html

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    2. Pues sí Paco, la verdad es que esa fue una buena lección sobre educación.
      Una educación que se está perdiendo cada día más.
      Muy a menudo, más de lo que quisiera, estoy en algún sitio y la gente entra y no dice los buenos días pero soy "gamberrete" y les miro y les saludo, algunos responden bien, otros responden como si no tuvieran otra cosa peor que hacer y otros, te miran con una cara que te dan ganas de darles un pescozón y preguntarles: ¿Quién leches te enseñó estos modales?

      Y nada, también entré para decirte que estás en las lista del reto de Halloween que te comentaba mi compañera de blog, Tamara.
      Un saludo.

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    Un saludo,

    Paco Fernández