miércoles, 30 de noviembre de 2011

18. CON LA SUERTE BAJO EL BRAZO

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Una personalidad así es capaz, no sólo de maltratar a los niños sino a las mujeres y a cualquier persona que “ le cabree ” .
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Hasta para nacer se necesita suerte. Esta frase que, a priori, pudiera parecer muy simple y banal, en mi opinión, no lo es tanto. Llamémosle suerte, fortuna, dicha, destino, …, como se quiera, el nombre no me importa. Pero, … ¿ existir…?, sí que existe; estoy convencido de ello. Hay algo, no sé el qué, pero está ahí. “ Eso “, como se llame, nos hace nacer, crecer y vivir bajo unas circunstancias determinadas así como convivir con unas personas que tendrán unas cualidades definidas de tal o cual forma y que, por lo tanto, influirán enormemente en nuestro desarrollo como seres humanos. Uno, puede venir al mundo en el seno de una familia humilde o acomodada, donde va a recibir por parte de los demás miembros amor, comprensión, apoyo y mimos o, todo lo contrario, maltrato, insultos y marginación. Eso, para mi, es tener buena o mala suerte, ser afortunado o desafortunado. … Y, de ello, puede que dependa toda su existencia.

Sirva esta pequeña introducción para hablar de un asunto del que sería deseable no tener que hacerlo nunca pero, desgraciadamente, aparece muy a menudo en los medios de comunicación y, a las personas normales, de bien, con ello, se nos encoge un poquito el corazón. Es un tema muy duro, durísimo diría yo, pero está ahí, presente en la sociedad, en el día a día. Me estoy refiriendo al maltrato infantil ( abusos sexuales, pornografía, explotación sexual o laboral, abandono, …). Podríamos escribir muchas páginas sobre esto y aunque todas y cada una de las diferentes formas que adopta esta lacra en la sociedad actual, son igualmente rechazables y repugnantes para cualquier persona de bien, me quiero ocupar aquí, únicamente de un acontecimiento acaecido en España, más concretamente en Gerona, hace unos días. Estoy hablando de la detención por parte de la policía de un padre acusado de haber degollado a su pequeña de dos añitos.

A cualquier persona NORMAL, a mi como padre, estoy seguro que a todos vosotros, esto resulta del todo incomprensible y, por supuesto, mostramos nuestro más enérgico rechazo. Me pregunto qué tipo de cobarde, de salvaje, de bárbaro y todos cuantos calificativos se le quieran aplicar, es capaz de asesinar a sangre fría a un ser indefenso, que sabe que no va a oponer ningún tipo de resistencia y, encima, que es de su propia sangre.

¿Cómo se podrá haber ido desarrollando a lo largo de los años la personalidad de este sujeto para terminar siendo capaz de odiar tanto, de odiar de esa forma a alguien de tan corta edad y que no le ha hecho ningún daño? Porque para hacer esta salvajada, es necesario dejarse llevar por una buena dosis de odio; odio hacía la niña, hacía sus llantos, hacía sus peticiones; …en definitiva, hacía sus molestias. ¿Acaso la niña era un estorbo? ¿Acaso sus gemidos o rabietas no le dejaban dormir o ver la televisión?...Fuese lo que fuese, es de monstruos hacer lo que hizo.

Pienso que, desde el momento que nacemos y en el ambiente que crecemos, tanto siendo unos niños en casa o en el colegio como ya, de adolescentes, en la calle, nos vamos formando como seres humanos y una de las formas que podemos adquirir es la de un ser violento, antisocial, capaz de hace daño a otras personas, incluidas las que nos quieren y confían en nosotros. Además, una persona así no sólo puede maltratar a sus hijos, sino también a las mujeres y a quién se le ponga por delante, es decir, a quién “ le cabree “. Es un ser sin ningún equilibrio emocional, egoísta y que simplemente se deja llevar por sus instintos del momento.

Conociendo historias como esta es cuando uno, después de la emoción inicial, siente una gran vergüenza de pertenecer a la raza humana y creo que, quizás, para ser padre deberían obligarnos a sacar un carnet pasando un examen psicológico muy severo. A algunos no se les debería permitir tener hijos.

Lo peor de todo es que estos individuos, a veces, pueden decir en su defensa que estaban bajo los efectos de las drogas lo que yo considero que es un agravante ya que actualmente todo el mundo está informado suficientemente sobre los efectos que producen estas sustancias y, si las tomas, estás expuesto a cometer alguna barbaridad. Algunos, por otra parte, pueden recurrir a afirmaciones del tipo “ me mandó el diablo matarla “ o algo parecido, como es el caso de Gerona que comentaba al principio. Los primeros, a veces, consiguen una reducción importante de condena y los segundos un examen psiquiátrico que en ocasiones les permite no conocer la cárcel y, en su lugar, ser ingresados en algún centro del que terminan escapándose.


Nota .- Soy consciente de que he sido muy duro en esta publicación y he de advertir que todo lo escrito aquí consta de opiniones personales no teniendo ninguna afirmación base estadística alguna ni de otro tipo.


4 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con lo que dices.La "suerte" es un factor que nos puede hacer (desde el momento que nacemos) muy felices o muy desgraciados.
    Es cierto también,la dureza con la que has hablado aqui pero yo no hubiese sido menos dura,te lo aseguro.Pobre hija....
    he estado leyendo algun post tuyo y me ha gustado así que te paso a mi blog
    Un saludo

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  2. Gracias Susy. Ya sigo tu blog y el Jose. Un saludo,

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  3. Hola, Paco: leído tu artículo estoy casi totalmente de acuerdo en lo que dices aunque pienso que la suerte se tiene o no se tiene, pero también se busca.Nacemos en un ambiente que, sí es cierto que nos marca, pero con el paso del tiempo, cada individuo tiene que saber buscar su sitio, su identidad. Me harta la gente que siempre se queja de su mala suerte y se recrea en el victivismo y lo utiliza para justificar acciones a veces injustificables. Un saludo. Mª José.

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  4. Estoy de acuerdo contigo María José. Cada uno, independientemente de la suerte que haya tenido en su entorno, en su ambiente, tiene que abrirse camino y buscar su sitio y su destino. Pero no era este el tema que quería tratar en esta publicación. Me has dado una idea para escribir algo sobre ello. Gracias por participar. Un saludo.

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Paco Fernández